FALTA LA INTELIGENCIA: LOS PEORES FRACASOS DE LA CIA.

 La CIA. Una agencia muy manchada en su historia, sanguinaria y corrupta, además de ineficaz. En este apartado se repasa una serie de errores y engaños por parte de dicha agencia.
Ernesto Russo.


La CIA tiene sus oficinas centrales en Langley (Virginia), a pocos kilómetros de la capital estadounidense, Washington D. C. Sus empleados, por lo general, operan en las embajadas de los Estados Unidos repartidas por todo el mundo. Es la única agencia de inteligencia estadounidense que goza de independencia, pues solo debe rendir cuentas al director de Inteligencia Nacional. Por el poder del que goza la agencia, ha llegado a ser considerada como un Estado dentro del Estado. La CIA desempeña tres actividades principales y por las que tradicionalmente se ha distinguido. Estas son: recopilar información sobre gobiernos extranjeros, corporaciones e individuos; analizar esa información junto a los otros datos recogidos por sus agencias hermanas; y proporcionar una evaluación sobre inteligencia para la seguridad nacional, para que así Estados Unidos enfoque correctamente sus políticas. Por otro lado, se encarga de realizar o supervisar actividades encubiertas y otras operaciones tácticas. Los ejecutores de estas actividades pueden ser miembros de la agencia, militares del ejército de los Estados Unidos u otros socios gubernamentales o privados. La agencia tiene una considerable influencia en política exterior gracias a sus divisiones tácticas, como la División de Actividades Especiales. Documentos desclasificados por la propia CIA o revelaciones hechas por el Senado de los Estados Unidos a través de los sucesivos Comités de Inteligencia demuestran que, a lo largo de su historia, la CIA ha planeado, intervenido, dirigido o ejecutado numerosos asesinatos e intentos de asesinato de importantes personalidades políticas, golpes de Estado, derrocamientos de gobiernos contrarios a las posiciones de los Estados Unidos, entrenamiento y financiación de organizaciones terroristas o paramilitares, torturas, vigilancia masiva de individuos o secuestros selectivos. Por otro lado, periodistas y medios de todo el mundo han acusado a la agencia de haber violado las Convenciones de Ginebra. También se le imputa la violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos al haber realizado experimentos en humanos en contra de su voluntad, haber cooperado en el tráfico de drogas con organizaciones criminales, haber aplicado técnicas de interrogatorio mejoradas, haber cometido asesinatos selectivos (incluyendo el uso de drones) y rendiciones extraordinarias. 

Ejemplos

El ensayo de la primera bomba atómica de la URSS en 1949: La primera bomba atómica soviética fue probada el 29 de agosto de 1949, los agentes de la CIA no tuvieron ni idea sobre el ensayo hasta el momento de la explosión. Solo cuatro días después de la prueba los agentes de la inteligencia estadounidenses lograron encontrar partículas radioactivas en la costa soviética del océano Pacífico que confirmaron que se había producido un ensayo nuclear.

La invasión de Bahía de Cochinos en 1961: Esta operación, también conocida como la invasión de Playa Girón, es uno de los mayores fracasos en la historia del servicio secreto. A mediadas de abril de 1961 unidades de las tropas compuestas de refugiados cubanos desembarcaron en la Playa Girón con tal de lanzar una ofensiva en la isla cuya meta era derrocar el gobierno de Fidel Castro. La operación fue orquestada por la CIA. Los miembros del grupo de desembarco fueron mal entrenados. Además, los cubanos apoyados por EEUU esperaron que la población de isla les apoyara, pero se equivocaron. Como resultado la operación cobró la vida de unas 200-300 personas, mientras que unos 1.200 integrantes de las tropas de refugiados fueron capturados.

Misiles del medio alcance en Cuba, 1962: Después de la invasión fallida, la CIA se quedó sin fuentes de información en Cuba. Por lo tanto las noticias acerca del despliegue de los misiles soviéticos equipados con ojivas nucleares en la isla en 1962 le dejó boquiabierta a la gestión de la inteligencia norteamericana. La CIA se enteró del hecho cuando un avión de reconocimiento U-2 por casualidad notó los proyectiles soviéticos durante uno de sus vuelos el 15 de octubre de 1962.

La revolución islámica de Irán de 1979: Unos meses antes de la revolución islámica de Irán de 1979 la sucursal de la CIA en Teherán consideraba que el régimen del sha Mohammad Reza Pahleví estaba a salvo. Sin embargo, cuando los protestantes leales al ayatolá Jomeiní se hicieron con el poder en el país, Estados Unidos no tuvo nada más que reconocer su fracaso.

La caída del bloque comunista en 1989: La desintegración del Bloque del Este y las revoluciones pacíficas en Alemania del Este y Checoslovaquia tomaron por sorpresa a la CIA. La información trasmitida por la CNN era incluso más sustantiva que los informes de los servicios especiales norteamericanos.

• Los atentados del 11 S de 2001: Se considera que la CIA disponía de toda la información necesaria acerca de las preparaciones para estos ataques terroristas contra Nueva York y Washington. Sin embargo, nadie ha sido capaz de reunir las piezas de la información en una sola ‘imagen’.

La guerra en Irak: Otro fracaso de la inteligencia estadounidense resultó en el inicio de la invasión de Washington contra Irak. Estados Unidos entonces acusó al líder del país Sadam Husein de fabricar armas nucleares, no obstante todas estas informaciones resultaron ser una fantasía de un informante de la inteligencia alemana. La CIA confió en esta información, a pesar de todas las advertencias, porque esta coincidía con sus sospechas.

Creación de la CIA

Fue fundada el 18 de septiembre de 1.947, durante la presidencia de H. Truman, siendo su primer director Sidney Souers. Su misión: “mantener al presidente de Estados Unidos informado con anticipación frente a cualquier ataque sorpresa, para evitar un segundo Pearl Harbor”. Lo paradójico era que, nadie sabía realmente que era lo que el presidente quería de la CIA y menos aún el propio presidente. En 1948, con la Firma de la Ley de Seguridad Nacional, la CIA cobraba naturaleza oficial y sus difusas funciones quedaban reguladas, así como la forma de financiación. Esto provocó la oposición de insignes políticos del momento, que no veían cómo articular su oscurantismo con el carácter abierto de la democracia estadounidense. Entre los detractores, Dean Acheson, futuro secretario de Estado, escribió: “Yo tenía los más graves presentimientos en torno a la organización y advertí al presidente de que, una vez creada, ni él ni el Consejo de Seguridad Nacional ni nadie estaría en condiciones de saber qué hacía o de controlarla”. Uno de los ejemplos más claros de nula transparencia se dio en la Guerra Fría, cuando su objetivo principal constituyó el robo de información soviética clasificada. Hecho que se tornó en un estrepitoso fracaso, ya que todos los espías que logró infiltrar o comprar en el suelo de la URSS fueron capturados y ejecutados por Moscú. Mientras las operaciones estaban abiertas, el gobierno estadounidense no era informado de su desarrollo. La mayoría de las veces, el presidente ni siquiera sabía de su existencia hasta que salían mal, y solía enterarse de su fracaso por otras vías. Según palabras de Weiner, “Johnson, Nixon, Ford y Carter nunca entendieron el funcionamiento de la agencia. Asumían el cargo con la expectativa de que podría resolver cualquier problema, o de que podía hacerlo todo bien, y luego pasaban a tener una visión opuesta”. Una tendencia que, en fechas más recientes, también se vió en Bill Clinton y George Bush Jr.

Ojos que no ven…

Uno de los episodios en los que casi nadie duda de su participación o al menos conocimiento, es el asesinato del almirante Carrero Blanco (20-12-1973), presidente del consejo de ministros en las postrimerías de la dictadura de Franco. Según el periodista Alfredo Grimaldos, “la autoría de ETA fue evidente desde el primer instante, pero enseguida comenzó a sospecharse de la ayuda estadounidense. El lugar del atentado estaba a escasos 100 metros de la embajada de los Estados Unidos. Y los terroristas habían horadado durante un año el túnel necesario para colocar los explosivos”. El general Manuel Fernández Monzón, miembro del antiguo Servicio Central de Presidencia dijo: “Es pintoresco que los estadounidenses no se enteraran de que se estaba perforando un túnel, ya que poseían detectores de todas clases, incluido un sismógrafo”.
Sea como fuere, lo cierto es que la CIA ha sobrevivido a todas las administraciones estadounidenses y ha participado allá donde Estados Unidos consideraba que peligraban sus intereses. Lo hizo durante los años sesenta, volcándose en la isla de Cuba; durante la década de 1970, en Oriente Medio; y en los ochenta, activando las guerras que asolaron Centroamérica, para las que se financió vendiendo armas a la Guardia Revolucionaria Iraní. Sin olvidar Afganistán, donde obtuvo un gran éxito obligando a los soviéticos a gastar miles de millones de dólares para combatir a unos guerrilleros islámicos que eran surtidos de armas desde Washington. Lo que parece seguro es que su actuación ha influido de forma determinante en muchos países. Ocurrió con su papel en Centroamérica, durante las décadas de 1970 y 1980. Se trata de un aspecto no del todo estudiado, que remodeló ese rincón del mundo para acomodarlo a los intereses del país del norte. Todo comenzó con la promesa que William Casey, entonces director de la CIA, le hizo al presidente Ronald Reagan: “Yo me encargaré de Centroamérica. Déjelo en mis manos“. Y es que por miedo al avance del comunismo en el continente americano, Reagan había ordenado diseñar planes de contención, muchos de ellos del todo inconstitucionales, como los que proponía Casey.

América Latina

En la legislatura de Jimmy Carter, las operaciones encubiertas realizadas en América Central habían consistido en respaldar a partidos políticos pronorteamericanos, grupos eclesiásticos, cooperativas agrarias y sindicatos contra la propagación del sandinismo en Nicaragua. Su nueva línea política había intentado evitar cambios sangrientos (Plan Cóndor), pero con Reagan en el poder se acrecentó. La consecuencia más directa fue la creación de un extenso programa paramilitar que sumió a El Salvador, Nicaragua y Honduras en cruentas guerras civiles.

Otros fracasos

En 1993, los malos informes proporcionados por la CIA provocaron la muerte a 19 marines y heridas a otros 73, además de 3.500 bajas somalíes en la batalla de Mogadiscio. Un año después, el nulo entendimiento con el entonces presidente Bill Clinton llevó a la muerte de medio millón de personas de personas en Ruanda. “Nadie se preocupó de la gravedad de la situación hasta que las cosas estuvieron fuera de control. No había imágenes ni demasiada información”, llegó a afirmar el entonces miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Clinton, Morton Halperin. Además, Yugoslavia. Se sabe que la CIA solo se enteró de las matanzas que se estaban perpetrando en Srebrenica tres semanas después de que ocurriesen, y gracias a la prensa. Aunque si hay un fracaso muy grave, es su incapacidad de adelantarse al ataque terrorista perpetrado en Nueva York el 11 de septiembre de 2001. Además, luego de descubrirse que era falso que Irak hubiera escondido armas de destrucción masiva, su reputación como medio para recabar datos fiables se tambaleó más. Por si esto fuera poco, “el presidente Bush la había convertido en una fuerza paramilitar en el extranjero y en una burocracia paralizada en su sede central “.

Cárceles secretas

Con estas palabras, Weiner se refiere a la directiva de alto secreto, promulgada por Bush el 17 de septiembre de 2001, por la que ordenaba a la agencia que “persiguiera, capturara, encarcelara e interrogara a sospechosos en todo el mundo”, dentro de su guerra sin cuartel al terrorismo. Una orden que daría origen, a las llamadas cárceles secretas. Esa decisión chocó contra importantes personalidades, como el entonces secretario de Defensa Colin Powell, que advirtió que “el mundo está empezando a dudar de la base moral de nuestra lucha contra el terrorismo”. No obstante, varios expertos defienden que, sin estas medidas, hubiera sido muy difícil capturar a Osama Bin Laden.

Torturas

• El “submarino” (simulacro de ahogamiento).

• Rehidratación rectal.

• La técnica de la pared (walling).

• Privación del sueño.

• Aislamiento y confinamiento.

• Amenazas psicológicas.

Referencias

• Tim Weiner.: “Legado de cenizas. La historia de la CIA”. (2010).

• Fernando Rueda.: “Las alcantarillas del poder”. (2011).

• Janire Rámila.: “Espías en crisis”. (2013).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

MUJERES EN LA GUERRA DE MALVINAS

ESCUADRÓN FÉNIX.

ESTRATEGIA DE LAS ARMAS NUCLEARES.